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Ultimos dias de trabajo con jornada reducida y aburrimiento total, como acaban de pintar estamos rompiendo papeles. Por las mañanas los autobuses rojos viajan por la ciudad dormida y asientos casi vacios, ya no queda casi nadie y los que están deben de dormir o madrugar más que yo, el tiempo va pasando y seguimos con el corazón encogido por el accidente de tren de Santiago, he ido mil veces en ese tren, como mis hijos, con mi gato, y nos emocionamos al ver una vez más la delgada linea que separa la vida de la muerte ...como tirarte al agua, pero llegando a otro mundo que no sabemos si existe o nó.
