Hay palabras que hieren , y lo hacen de una manera tan intensa, que las cosas yá no vuelven a ser igual.
Tambien hay palabras que te llegan al corazón y te enamoran, se meten dentro de ti que parece que las llevasgravadas en la piel para el resto de tus dias, yo sé el poder de la palabra, conozco sus notas y sus vocablos, conozco su poder para herir y el poder de curar, lo he sentido a lo largo de todos estos años y todavia me quedan muchos para seguir leyendolas, escuchandolas, masticandolas y sintiendolas.
Cuando alguien está enamorado, las palabras poseen el don de consolar y de hacer feliz al amado, y es tal su poder , que pueden transportarnos al pais de las lagrimas o al camino del arco iris, las palabras del amado, o amada, suenan a música celestial, a toque de tropetas de querubines, y que decir de la palabra de alguien al borde del abismo, alguien esperando una sentencia de un juez, una madre que espera la primera palabra de su hijo, o esa parte de la pareja dolida y lastimada, que dice una mil veces: yá no te quiero.
Las palabras son mundo insondables, paraisos infranqueables, energia pura...
y todo esto lo digo porque escuché hace poco a una amiga decir palabras que me hirieron, que no me esperaba , que me dolieron, pero pienso que las palabras a veces se las lleva el viento. (Escrito en Febrero pero me gustó y lo vuelvo a publicar)
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