martes, junio 17, 2008

Tarde de tarot en un café del centro de mi ciudad,
el sitio está lleno de mesas llenas de plumas y camareros fortachones,
gente tomando café, toda la tarde para mí sola,
afuera empieza a llover,
la profe y yó empezamos a tirar cartas y miramos las figuras
como si de una bola mágica se tratara,
una vez mi chico me dijo que cuando vás cuesta abajo
los santos te ayudan, pero cuando andas cuesta arriba ,
lo haces tu sola, así voy ahora, cuesta arriba,
y aún así, las cartas hablan de viajes iniciaticos, y amores que llegan, es bonito el tarot
en esos momentos no pienso en él.
Atormentado continuamente mientras estube con ella, y cien veces más atormentado por haberla perdido. Fué una mala época y no llegaba a su fin. George fué un as. Conversaba conmigo por la noche, cuando me sentía demasiado abatido. Y tenía mi piano. Que fué lo que me permitió salir del apuro. El animal moribundo. Philip Roth.

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