viernes, diciembre 12, 2008

Con un dementor


Ayer quedé en una cafetería cerca de casa con un chico con el que había hablado mucho en internet, sin foto, no conocía su cara, te haces una idea de una persona por su voz y luego nada que ver, yó me iba diciendo: es un amigo que pasa si es feo no te vas a casar con él, me imaginaba que sería como un señor muy feo que hay en mi trabajo, y así despues le vería más guapo, mientras esperaba veía a unos policias de azul que tomaban café y si había alguno que estaba como un tren, llegó y era, y lo siento, como Mortadelo en sus peores tiempos, no medía como dijo 170,que pasa con la autoestima de algunos que todos te dicen que son la bomba e ideales de la muerte y luego nada que ver, el físico no es, cuanta gente fea tiene una belleza del alma y te parece guapa, y cuanta gente guapa al rato la ves fea, es lo de dentro, claro que si , pero este era feucho, encojido, y lo peor de todo, su mirada, su manera de mirar no era afable, simpática, amable, miraba como un buho, fijamente, todo el mundo merece ser escuchado, de todo se puede aprender, pero a la media hora de sentir la mirada penetrante de mister lechuza y escuchar su aburrida charla sobre lo mucho que se cuidaba, lo sano que era, lo gordos que estan sus amigos, lo guay que era hacer deporte, no podía más, lo juro, era todo yo yo y yo, me aburria terriblemente, y cuando quiero irme me voy, además yá llevaba una hora soportando como se hacia sus superbatidos vitaminados, y le sentó fatal, puso cara de cuerno, no me acercó el abrigo y se tiró un buen rato contemplandose en el espejo mientras se ponía su horrible bufanda calcetada por su abuela, de color rojo chillón, y me pagué mi poleo, y respiré aliviada de no sentir sobre mí esa mirada fría , penetrante, era como si un hielo frio se me hubiera metido dentro de la piel, como si hubiese tomado café con un dementor , de los de Harry , querría chuparme el alma, que sensación terrible la de estar con esa persona, y por teléfono parecía agradable, , ...de todo se aprende.

Estoy leyendo "la suma de los dias " de Isabelita Allende.


"Me gusta el recogimiento obligado del invierno.Vivo al norte de San Francisco, a veinte minutos del puente de Golden Gate, entre cerros dorados en verano y color esmeralda en invierno, en los dias claros podemos ver a lo lejos otros dos puentes, el perfil difuso de los puertos de Oakland y San Francisco, los pesados barcos de carga, cientos de botes de vela y las gaviotas, como blancos pañuelos. En Mayo aparecen algunos valientes colgados de cometas multicolores, que se deslizan veloces sobre el agua, alterando la quietud de los abuelos asiáticos que pasan las tardes pescando en las rocas. Agua , cielo, cerros y bosque, ese es mi paisaje"

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